Una mujer de 52 años alcanzó el título de bachiller en Riobamba y fue condecorada como la mejor egresada de la promoción.
Me case a los 23 años, pero mi vida se complicó porque tenía que hacer las veces de padre y madre de mis cuatro hijos.
El título de bachiller que alcanzó la Martha Lucila
Me separé del padre de mis hijos hace 23 años y no he contado con el apoyo de él.
No estudié la secundaria porque mis padres no tenían los recursos para educar a sus 4 hijos.
Soy la última de mis hermanos y la primera en graduar como bachiller de la República.
Por necesidad salí de la parroquia San Gerardo, cantón Guano, a trabajar en Riobamba a la edad de 13 años.
En primera instancia laboraba como empleada doméstica, luego se dedicó a la venta de salchipapas en el mercado Oriental. especialmente los sábados.
El puesto de venta se encuentra ubicado en las calles España y Cordovez hasta donde pueden acudir hacerle el gasto.
Martha Lucila Aulla Macas, 52 años de vida, recuerda que ha tenido que pasar por serios problemas.
Pero logró educar a sus hijos cumpliendo con el papel de padre y madre.
Con el esfuerzo y la ayuda de «Papito Dios» mi primera es doctora en nutrición, mi segundo hijo, tecnólogo y policía; la tercera estudió hasta sexto semestre.
El cuarto hijo está en tercer semestre de Informática y por eso no estuvo en la ceremonia de incorporación de su madre como bachiller.
Martha Lucila Aulla se ingresó a estudiar por recomendaciones de su clienta, quien todas las noches salía de clases y consumía la salchipapas.
Mujer se graduó de bachiller junto sus hijos
Una vez que su clienta le incentivó que estudie y no le importaba la edad, con versó su hijo, que es policía y, él lo llevó de la mano a inscribir en la Unidad Educativa Martiniano Guerrero.
El hijo, le dijo, hemos llegado a su escuelita, está matriculada y espero verle graduada.
El sueño se cumplió, el jueves 24 de abril a las 16:00 se incorporó de bachiller.
Pero no solamente consiguió el título sino también alcanzó el reconocimiento por ser la mejor egresada de la novena promoción conformada por 47 neobachilleres.
A pesar de las arduas cosas que me ha pasado en la vida, aquí estoy trabajando, estudiando y con proyección a continuar con mis estudios superiores, asegura Martha Lucila Aulla Macas.
Cuando mis hijos se graduaron eran mi mayor orgullo y, ahora que alcanzo a graduarme de bachiller soy el ejemplo y orgullo para ellos.
Me quedé sin trabajo, tal vez por la falta de un título o por la avanzada edad, ya no quieren dar trabajo, pero sigo en la lucha, menciona la mejor graduada.
Cuando se quiere se logra, a mi nieta de 11 años le dijo que para estudiar no hay edad y, cuando se intenta se consigue.
Coordinar entre la familia, el trabajo y el estudio es algo duro, pero todo se facilita coordinando las actividades del día a día.
Hay que hacer un gran esfuerzo, antes de empezar a estudiar, trabajaba, coordinaba las actividades de la casa y se podía dormir.
En cambio con la responsabilidad del estudio, se tiene que trabajar, cumplir con las labores en la casa y luego hacer los deberes.
Está comprobado que la mejor herencia que una persona puede recibir de los padres son los estudios porque un título le abre las puertas.
La mayor felicidad son mis hijos, porque mi padre falleció en 1998, mi madre en el 2006.
Martha Lucila aspira en poco tiempo convertirse en enfermera, para lo cual seguirá estudiando en un centro de educación superior.
Es un ejemplo de vida, para la familia, la vecindad y la sociedad.
