CRÓNICA

Hombre de 65 años mató al perro de su hermano con un arma

Un hombre de 65 años mató cruelmente al perro fiel compañero de su hermano con un arma. La Policía encontró escopetas en su domicilio.

Hombre de 65 años mató al perro de su hermano con un arma
Hombre de 65 años mató al perro de su hermano con un arma. http://44.213.112.5

En La Bomba, un rincón tranquilo de Pichilingue, la mañana del domingo 23 de marzo de 2025 comenzó con una tragedia que dejó a toda la comunidad consternada.

Un perro, conocido por su lealtad y amor incondicional, perdió la vida de manera cruel a manos del hermano de su dueño, un hombre de 65 años.

El perro, que había sido compañero fiel de su dueño durante años, se convirtió en víctima de un acto de violencia inesperado. A las 09:20, un angustioso llamado al ECU 911 alertó a las autoridades de la desgarradora situación.

Cuando los agentes llegaron al lugar, encontraron a Juan V., el propietario del perro, completamente deshecho por el dolor. Entre lágrimas, relató cómo su propio hermano había arrebatado la vida de su amigo de cuatro patas con una escopeta, sin ningún remordimiento.

El impacto de la noticia fue inmediato. Los vecinos, que conocían al perro por su ternura y compañía, se unieron rápidamente en busca de respuestas.

Encontraron escopetas en la casa del hombre que mató al perro de su hermano a tiros

La comunidad, devastada por la muerte del animal, se unió con un solo propósito: encontrar al responsable de este acto de brutalidad. El dolor compartido por la pérdida de un ser tan leal era palpable en cada rincón del vecindario.

Tras una búsqueda que parecía no dar frutos, los vecinos condujeron a las autoridades hasta la casa del agresor. Allí, en el interior, encontraron dos escopetas que, como mudos testigos, confirmaban la cruel realidad del crimen.

Las armas fueron confiscadas y ahora están bajo custodia policial en Quevedo, mientras la comunidad aún intenta comprender lo sucedido.

El propietario del perro, incapaz de comprender el porqué de tan atroz acto, juró que buscaría justicia por la muerte de su fiel amigo.

A pesar de la pena, prometió que acudiría a la Fiscalía de Mocache para interponer una denuncia, con la esperanza de que el sufrimiento del animal no quede sin castigo.

La pérdida de un perro no solo es la muerte de un animal; es la pérdida de un compañero, de un amigo que no pedía nada más que amor y cariño a cambio.

En La Bomba, su ausencia deja un vacío difícil de llenar, un recuerdo doloroso de un acto que jamás debería haber ocurrido.

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