Iván Farah, el influencer denominado como ‘Donald Trump de Temu’ llegó a las elecciones de Ecuador en avioneta y con escolta de tricimotos.
Iván Andrés Farah, creador de contenido y figura viral en TikTok, volvió a romper todos los esquemas este domingo 13 de abril. Al convertir su derecho al sufragio en un evento que desdibujó los límites entre participación ciudadana y espectáculo mediático.
Vestido con terno negro, corbata roja y bajo una pertinaz lluvia, Farah descendió de una avioneta al ritmo de YMCA, caminando sobre una alfombra roja que parecía más adecuada para Hollywood que para un recinto electoral.
Lo escoltaba una caravana insólita: decenas de tricimotos adornadas con globos y pancartas, en una procesión que mezclaba fanatismo, curiosidad y estrategia digital.
Como si fuera poco, apareció acompañado de su madre, a quien presentó con humor y solemnidad como la “primera dama”.
Ambos, en sincronía, compartieron sonrisas, saludos y selfies con quienes se agolpaban a registrar el momento. Ella, también influencer, no fue simple acompañante: fue cómplice activa de un guion ensayado para viralizarse, y lo logró.
Donald Trump de Temu fue cargado a la junta electoral
@ivanandresfarah Mi entrada iconica a votar🇪🇨❤️ Donald Trump de Temu y Melania Trump de Temu🤣🤣🤣 El mensaje del video es por los niños que son el futuro “Construyamos un Ecuador donde cada niño pueda soñar sin miedo y crecer sin odio💕” #ecuador #votaciones #segundavuelta #eleccionesecuador #tiktokecuador #humor #tendencia #viral ♬ YMCA – Village People
Farah fue cargado en hombros hasta la puerta del recinto electoral. Cada gesto, cada plano, cada palabra pronunciada parecía cuidadosamente diseñada para una audiencia más amplia que la del recinto: la audiencia virtual.
Ahí, donde su video suma miles de reacciones, escribió:
“Mi entrada icónica a votar, Donald Trump de Temu y Melania Trump de Temu. El mensaje del video es por los niños que son el futuro. Construyamos un Ecuador donde cada niño pueda soñar sin miedo y crecer sin odio”.
Este acto no fue aislado. En la primera vuelta, el 9 de febrero, ya había marcado tendencia al aterrizar en helicóptero.
Ahora, superó su propio listón, llevando el espectáculo político a otro nivel. Farah no se postula, no promueve candidatos, no representa un partido.
Y sin embargo, logra algo que muchos actores políticos envidian: atención, presencia, conversación.
En tiempos donde los algoritmos compiten con las urnas por la atención del ciudadano, Iván Farah encarna una nueva forma de protagonismo: la política del performance. Una política sin escaños, pero con millones de visualizaciones.
